sábado, 9 de enero de 2010

Mi Chico del Año (Parte 2)

“Has vivido 21 años de tu vida sin conocerme. Así que estoy seguro que podrás seguir viviendo sin mi”.

Desperté y Bruno se había ido. Me había dejado una nota que hasta ahora adorna mi computadora y hace juego con su foto que uso de fondo de la pantalla. No contestaba mis llamadas, ni mis correos. Desde ese primero de enero habían pasado ya ocho largos meses, dos sin hablarle por lo que me hizo, pero aún seguía enamorado de él. Sentía que lo que sucedió fue un acto desesperado para herirme y olvidarme de lo que sentía, pero no lo conseguí. Mi querida Pilly se encargó de presentarme a los chicos más lindos de Lima, pero ninguno era Bruno, ninguno tenía ese espíritu que me había conquistado a mí y a mi familia que lo extrañaba tanto como yo y que luego me enteré tenían encuentros a escondidas. Decidí que mi vida tenía que continuar, empecé a salir como antes y a llegar a mi casa sin saber cómo. Una de esas noches recibí un mensaje de texto. Era de Bruno. Unas cuantas palabras que me volvieron loco.

“No sé que has hecho conmigo pero te extraño mucho. Tengo miedo de acercarme a ti, no quiero hacerte daño”.

Era cierto. Si lo tenía cerca me cagaba más, pero si estando lejos igual sufría, daba lo mismo si lo veía o no. Nos mensajeamos por varios días. Como en la quincena de setiembre lo volví a ver. No había cambiado nada, ni su pelo, ni su barbita rala, ni su trasero, ni sus coquitos, ni mi amor por él. Lo abracé por todo el tiempo que lo no tuve cerca de mí.
- Quiero que no confundas las cosas, Marcos, vamos a ser amigos.
- Vas a ser mi amigo, pero eso no va a cambiar que esté enamorado de ti.
- Ahora, ya no me voy a poder quedar a dormir contigo, pero como te quiero y sé que te gusta abrazar algo mientras duermes, te vas a quedar con mi elefantito morado, esta bien?
- Gracias, niño. Eres demasiado lindo. Nunca entenderé por qué no quieres estar conmigo.

Estaba absolutamente obseso con ese guapísimo niño de pelo desordenado. Pero el trabajo y las responsabilidades hizo que cada vez nos veamos menos. Trataba de hacer lo que sea para estar conectado a Bruno. Cada uno en su casa compraba la misma película y por teléfono contábamos hasta tres y poníamos play en el DVD, así la veíamos juntos y no necesitábamos ir al cine. Preparábamos un fin de semana espectacular pero me mandaban de comisión a último momento y los planes se arruinaban aunque al final del día me esperaba en la puerta del canal con mi cuarto de libra del Mc Donalds del que él sabía que era adicto. Me acompañaba a casa para conversar pero terminaba tan cansado de trabajar que me quedaba dormido y no podía escucharlo. Yo lo quería igual, pero él necesitaba de su mejor amigo. Las cosas no iban bien con su papá y se sentía solo. Mi trabajo se recargó y mi casa era un stress absoluto. Mi tiempo para Bruno era poquísimo, aunque seguía intacto en mi corazón. En la quincena de noviembre recibí un mail.

Tu me necesitaste y yo estuve ahí, dejé mi vida por ti y tus prioridades por ti y me encuentro feliz de haberlo hecho, pero en este momento de mi vida tengo que ser egoísta y solo preocuparme por mi y en mi bienestar. No te digo esto de frente porque sé que no podría. Tú necesitas no depender de nadie. Yo tengo muchas cosas en que pensar y ya no puedo ver por ti. No creas que te abandono, simplemente me iré hasta que me sienta capaz de volver a protegerte. Cuídate mucho.

No podía llorar. Creo que cuando sabes que algo es realmente grave, las lágrimas no te salen. Sentía que ahora sí lo había perdido. No podía hacer nada, no tenía ganas de trabajar, ni siquiera de levantarme. No sé que cara tenía pero mi jefe me vio y me llevó a su oficina.

- Qué te pasa?
- Problemas. Esas cosas que no te esperas y que te arruinan el día.
- Esos problemas tienen nombre y apellido?
- Nombre, apellido y un gran pene.
- Marcos, tu y yo sabemos que ese no va a ser el único gran pene de tu vida.
- Lo sé, pero este era especial.
- Nadie te dice que lo olvides. Simplemente creo que es hora que lo almacenes como un buen recuerdo.
- Es complicado, pero lo intentaré.
- Descansa un par de horas. Te necesito alegre en esta oficina.

Salí del canal y regresé dos horas después absolutamente sonriente. Bruno había salido de mi corazón y de mi mente. Ahora está en mi espalda. BRUNO. Así dice literalmente. 12 meses después regresé a la misma playa donde lo conocí. Ha pasado un año exactamente y todo está igual, salvo por mi nuevo tatuaje. Es mi forma de recordarlo, de recordar el año que se fue, del mejor polvo de mi vida, de su sexy trasero, de sus abrazos intensos, de su pelo alborotado con gel, de su cuerpo perfecto, en fin, mi año con ese chico que quizá no vuelva a ver.

3 comentarios:

  1. wao eres una persona realmente.. extraña e intensa ah! ...tan bueno era ese chico?
    tomalo como que tuviste demasiada suerte al tenerlo.

    ResponderEliminar
  2. en serio te tatuaste???

    ResponderEliminar
  3. me parese algo triste pero como dijo tu jefe todo pasa con el tiempo y tienes k seguir pa delante xk sino tu solo te vas haser daño y sek eres una `persona muy chvr demaciado sonriente y eso es bueno pero siempre todocon calma todo llega y vas encontrar a alguien k te pueda haser olvidar a bruno jm entrevista

    ResponderEliminar